Despierta el viento y con cariño mece las
aguas que un día colmaron de blanca y suave espuma sus hermosos pies.
Recuerda el movimiento de la tela celeste que la cubría en un intento de
ocultar la belleza que solo unos ojos limpios clamarían admirar, pero
despertaba el viento y como si de un juego se tratase, removía telas
abrazando con cariño su hermoso cuerpo. Recuerda el vuelo de su
sombrero, su sonrisa tímida, su pelo negro acompasado al movimiento.
Despierta él, y es entonces cuando la recuerda, hermosa ella, jugando
con cariño con el viento.
Jugando con el viento (audio)
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