Si tus ojos mostraran
algo más que mi reflejo, entonces solo vería razón para verme en ellos. Si mi
sonrisa fuese motivo de tus alegrías, reiría día a día por ver incansablemente
tu felicidad. Si fueses tú el que me amara, no encontraría excusas a mis palabras, no habría razón a su pronuncia ni la dificultad de su peso.
No me culpes por buscar
otros ojos en los que mirarme, por querer otra sonrisa que sea espejo de mi
felicidad. No me culpes cuando fue tu causa la que me llevó a dejar de
intentarlo.
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